domingo, 17 de junio de 2007

PuNTaPie #2 (Escritos)

Puntapie #2.
Aqui estan las entregas que surgieron de la propuesta de Jony. A divertirse leyendonos!
Proximo puntapie (Lunes a ultimo momento) corresponde a T.S.S.
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"Culpable del pecado del olvido, de olvidarse de la sonrisa de ella, él se queda un tiempo en su recuerdo, luego ella vuelve a nacer en su hambriento vacío..."

-“En su hambriento vacío!?”-Me dije en voz alta e irónicamente!

Así comenzabas tu carta y yo no la comprendía.
Honestamente, mientras mas la leía menos entendía!
Y de leer tus palabras pase de largo y decidí volver a mi rutina habitual.
Porque esa mañana, tenía muchas ganas de vivirla y dejarte ir fue algo fácil.
Me aburrías con tus palabras, me desesperaba tu presencia en ellas, y sobre todo, me daba una inmensa pena ajena.
-¿Por que al hablarme te dirigías a mi en tercera persona?
-¿Por que todo me parecía ficción, ajeno y traía consigo una carga de dramatismo tan alta y exagerada?

Yo no quisiera ver en las huellas de tu inmensa amargura algo que tenga que ver conmigo. Ni verme envuelto en tan triste manto, una noche de invierno y ver con semejante distanciamiento las demás estaciones del año.
Jamás me negué a pasar algunas noches abrazados a una taza de te o a echar leños en la chimenea qué nunca tuvimos en casa. Pero…Llorar por llorar y volver a llorar! se a convertido en demasiado lujo, uno con el que no quiero vivir, un derroche de tiempo y tiempo es todo lo que tenemos en vida.

Si hubieras pasado hambre como pase…
Si hubieras perdido todo como perdí…
Si hubieras pasado toda tu vida con las manos vacías! Dando a cambio de nada.
Si hubieras esperado todo el tiempo. Aquello que jamás vendría…
Si te faltara un brazo, una pierna, o estuviera cerca una terrible noche, creciendo desde lo profundo de las entrañas, pero no.
Si hubieras pasado por algo cercano a cualquiera de estos pesares, u otros que no sean los de la novela de tu corazón, que por cierto y gracias a dios, traes muy sano.

Tu no eres para mi, mas que una niña rica! Una a la que he decidió dejar marchar, por que eres pobre de vida. No dices nada, no cambias nada. Tú sufres por que quieres ya que ni tu casa dejas cuando siempre dices que la detestas.
Para mi, niña, te as ido hace mucho tiempo, pero además yo me e marchado. Entiendes la importante de esto ultimo, lo entiendes realmente?
Ni tu ni yo estamos aquí! …Y de esto hace mucho tiempo ya.

Yo sigo por donde va el viento, y tu quédate donde quieras y ojalá una mañana seas feliz o al menos intentes serlo, pero Por favor! Ni aun estando así, antes de despedirme te pido;

“No vuelvas a escribirme jamás! Nunca jamás….”

Alejandro Sautu.


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"Culpable del pecado del olvido, de olvidarse de la
sonrisa de ella, él se queda un tiempo en su recuerdo,
luego ella vuelve a nacer en su hambriento vacío"

Él se resuelve buscarla. Ella estará caminando por la
calle, buscándolo a él también. Se podrán encontrarse
a la vuelta de esquina. Los dos pasarán unos momentos
mirándose, preguntándose por qué tanto tiempo, por qué
el largo plazo sin dirigirse la palabra. Sonreirán.
Se buscarán las manos, apretándolas como si fueran el
mismo pulso de vida, la salvavidas en el medio de un
mar tormentoso. Luego se besarán. Será un beso
descomunal, una unión de todo lo inexplicable. Pero
ahí se explicará todo. Allí encontrarán la respuesta
a por qué se habían separado y sabrán que nunca más
volverá a pasar…

Culpable del pecado del olvido, Sebastián se queda
mirando la lluvia mientras cae contra los vitrales de
su ventana. Sigue pensando en esa sonrisa tan linda
y lejana. No sabe dónde encontrarla. Ya no sabe
nada."

Jony

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"Guilty of the sin of forgetfulness, of forgetting her smile, he's momentarily caught in her memory, and then she's reborn again in his hungry void" This was no more real or unreal than anything else in his world. And it had already begun to come loose anyway when she died. How could he live in a world that she was not awake in? It unraveled, row after row of certainties, expectations, assumptions of how things should be; the threads came loose and dangled connecting nothing. His mother - small, nervous, kinder to others than she was to herself, was here and then was not. The world rushed on either way and did not consult him to find out if he thought it was real. Now he thought of her mostly at night; hauntings like that must become the ghosts grownups believe in. What a curse, to float into the backwaters where you can never go again. Like dreaming of all the people you have loved so much who are now gone – always reaching, trying to touch. All you have is the lifeless body, and the body is your own. He aches for her, her losses, his own, a dark slow red ache, deep in the pocket of his chest where he can’t put his hand over it, anymore than she can put her hand on anything. Memory is not only unkind. Memory is a muscle too if you work it.


Nicole

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"Culpable del pecado del olvido, de olvidarse de la sonrisa de ella, él se queda un tiempo en su recuerdo, luego ella vuelve a nacer en su hambriento vacío..."

En el fondo sonaba aquella canción ...y quiero evitar la posibilidad de que el pasado fatal pueda a entrar por esa puerta cambiando en nostalgia el amor...
Y el miedo lo acometió una vez más. Afuera la luz caía perpendicular, se colaba por la ventana del departamento y refractaba en la heladera. El mate ya estaba lavado y frío.
La mesa de madera clara sostenía sus codos que a su vez sostenían su cabeza. Todo parecía estar apagándose. Los colores y los olores no eran los mismos, no eran ni mejores ni peores, simplemente no eran los mismos.
Harto de la compañía del microondas que nunca contestó sus dudas existenciales como lo había hecho ella decidió salir a caminar.
Su Pompeya natal lo recibió con los brazos abiertos y la calle Del Barco Centenera lo llevó por distintos recortes de la realidad. No era tan malo después de todo. Había gente que estaba en peores condiciones que él. Que él que simplemente había perdido un nombre, una existencia, un par de ojos en los que recostarse a descansar.
Se sentó en la plaza, frente a la iglesia, y prendió otro cigarrillo más. El aire fresco de otoño le lavó un poco las preocupaciones, pero no le llenó el vacío.
Desde la colina del cementerio se podía ver todo el valle. Arriba los cóndores planeaban como sólo ellos saben y el apuro de las hormigas por volver a sus colonias presagiaba el cambio de tiempo y la venida de las lluvias, pero el sol todavía era fuerte a pesar de estar cayendo y le daba al pequeño poblado esa modorra de domingo por la tarde. Las campanas sonaron y por un momento le costó distinguir en cual de las dos iglesias, si en esta o en aquella, así que decidió que lo mejor era que sonaran en las dos. Llamaban a misa. Él no había vuelto a entrar a una iglesia desde... desde... no, no lo recordaba.
Por el camino que formaba una curva pronunciada y en subida vio como se acercaba con el pelo atado y la risa al viento. La frescura de la voz, la falta de conflictos adivinados, cualquiera de los detalles que se le quedaron instantáneamente pegados le llamaba la atención.
Con soltura propia de la inmadurez se le acercó y le pidió un mate y ese fue el primer encuentro con los ojos pardos y pacíficos que lo acompañarían durante el resto del viaje.
Él salió del estupor o de la hipnosis en la que había quedado varado y extendió el mate que le habían pedido. Ella se sentó a su lado y en el ida y vuelta de aquella pequeña calabaza con bombilla el resto de la tarde se fue yendo. Dieron la vuelta al cementerio para poder presenciar la puesta completa del sol desde aquel promotorio rocoso en el que estaba enclavado. El espectáculo de los rayos pintando de amarillo casi naranja las nieves eternas les produjo a los dos un estremecimiento.
Bajaron con las últimas luces y pasearon por la plaza y por el río. El viento cambió y el frío descendió sobre ellos, como descendería sobre ella tanto tiempo después de ese primer beso y sin embargo tan pronto para los dos.
La ristra de campanadas lo devolvió a la Av. Saenz y a su vacío. Miró la iglesia. El Peugeot destartalado de la puerta y escondió la gota de sal que le rodó por la mejilla.
Esa fue la última tarde que la plaza le prestó su banco para llorar a su ángel. Esa tarde se asumió pecador y siguió.

LG

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"Culpable del pecado del olvido, de olvidarse de la sonrisa de ella, él se queda un tiempo en su recuerdo, luego ella vuelve a nacer en su hambriento vacío... vuelve y golpea la puerta de su corazón una y otra vez, la vieja aldaba golpea tan fuerte que, el estruendo del hierro contra el hierro tambalea todo su ser hasta sus cimientos más profundos.

¿De qué sirve lamentarse ahora? ¿Porque la traía a su recuerdo? Aquella mañana cuando despertó ella ya no estaba allí, empleo la noche y la alevosía, para marchar sigilosamente, a oscuras, entre las sombras. Se llevo todas sus cosas, sí, ¡¡todas!! Incluso alguna de las de él... que rabia le daba que usara sus cuchillas de afeitar... encontrarse su ropa interior en la cama, en el armario, en el baño, sus peines, su cepillito de cejas... ¡sus mil y una tonterías!.. Que rabia... su desorden, su locura... y, sin embargo, ¡cuanto la extrañaba!... Mirara donde mirara estaba ella, de algún modo en todas partes podía ver aun el rastro de su presencia, dentro de su orden casi compulsivo, extrañaba aquella forma descontrolada, desprolija, en que ella hacia y dejaba todo... Pero ahí estaba su olor, ella, estaba aun impregnada hasta en su camisas.

Todo, todo, le sabía, le olía, todo, era ella. Y así, sentado en aquella cama, la que una vez fue de los dos, suya y de ella, con la cabeza entre las manos, rompió a llorar de un modo incontenible, todo su cuerpo se sacudió, su diafragma, su pecho se rompía al fin en un llanto atronador... Tardo tiempo en poder parar... tardo tiempo en liberarse de esa carga, de los nervios y, la angustia que durante días habían anudado su estomago, con la fuerza que revienta las entrañas y te lleva hasta el vomito.

Los recuerdos se mezclaban y se agolpaban. Aquel día soleado en el mercado de San Andrés en el que su dulce sonrisa, amplia y chispeante, le había mirado y le había preguntado si le gustaban las Azaleas, y sus enormes ojos, inquisitivos pero calidos, por encima de aquellas pequeñas gafitas negras le habían recorrido de arriba abajo en un electrizante segundo. El, solo pasaba por allí, sin mas interés que el de dar una vuelta y matar un poco el tiempo, le gustaba pasear y observar a la gente, sus gestos, sus miradas, las complicidades... Y ni siquiera le gustaban las flores, se paro un momento, por ver si le llevaba unas a su viejita, habían quedado para almorzar y no quería llegar con las manos vacías. Pero aquella cita nunca llego a celebrarse, porque allí estaba ella, allí estaba aquella maravillosa sonrisa que le cautivo desde el primer instante en que la vio, el tiempo se paro por un segundo, y todos sus planes se desvanecieron en una carcajada loca -¿las Azaleas? ¿¡Qué sé yo de Azaleas?!. - Se rieron, ella se rió y el se sintió irremediablemente arrastrado por aquella risa... Adiós mamá, adiós almuerzo, flores..., estaba perdido. Lo supo desde el primer momento en que la miro, supo que nada volvería a ser el mundo que él conocía.

T.S.S

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Culpable del pecado del olvido, de olvidarse de la sonrisa de ella, él se queda un tiempo en su recuerdo, luego ella vuelve a nacer en su hambriento vacio, ignorando la realeza de su sueño y trasmitinedo una vez mas la locura del placer de los desconocidos, una vez mas volvio a encontrarla, ella lo miraba, sus ojos, esta vez, color carmin, las hay de diferentes formas dicen, el solo preferia mirarla, guardar esa imagen para siempre en la retina, como un fotograma. Pero la niebla esta vez fue mas espesa que nunca, su cuerpo parecia respirar, pero su presencia era nula, tres de sus sentidos la reconocian , los otros le decian que algo no estaba en lo correcto, decidio alejarse pero una fuerza extraña lo impulsaba hacia el fin,de repente todo se torno horrible, las baldosas bajo sus pies se convirtieron en fango, las manos se le entumecieron, su voz comenzo a callarse, y los ojos ya no vieron mas.quiciera advertirle a todos quien es ella, nunca nadie le creera, solo espera algun dia poder despertar, pero sabe que inavitablemente volvera a enocntrarla, y le sera imposible no volver a mirarla

Alejandro Podesta
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Alguien mas se nos suma? Alguien mas tiene para enviar algo? Alguien nos a dejado?


Estos fueron los escritos recibidos por este miembro fundador, ojala el entusiasmo no se nos apague, y si sucede, estaria re bueno despedirse, por lo menos a traves de un mensajito. O dejar uno quizas, diciendonos el por que? o mejor aun, con aquello que te dejo la experiencia...
Gracias, no es facil armar y/o mantener esto, tampoco es tan dificil.
aLe.


2 comentarios:

J.B.D dijo...

Bueno, es un poquito larga, pero ahí va, el #3:

"Por las arrugas de mi voz se filtra la desolación..." Las palabras de Sabina resonaban aquella tarde en su conciencia... Viejo poeta urbano intentaba ayudarle a sosegar sus pensamientos, mientras su mente cantaba, casi gritaba, temerosa de quedarse a solas consigo misma. Sentado en aquel tejado, gato negro, oscuro, paseaba las mirada por las azoteas, los viejos palomares y las viejas paredes, ya desconchadas y enmohecidas por el paso del tiempo...


English version:

"Por las arrugas de mi voz se filtra la desolación..." ... that afternoon the words from Sabina resounded, thundering his conscience ... the old urban poet tried to help him to ease his thoughts, while his mind was singing loud, almost screaming, afraid of being alone with its ghosts. Up on that roof the, dark, black cat wandered his eyes over the roofs tops, the old bird cases and those walls, wich time got already flaking and moldy. In the distance, a horizon broken by uneven roofs, aerials, and wires, started to gobble up the sun..

(*) Through the winkles of my voice desolation is filtering... (is a part of a song that's why i'm keeping it in its original spanish)

thx¡

J.B.D dijo...

me he dado cuenta que falta una frase en la version española, esta es completa:

"Por las arrugas de mi voz se filtra la desolación..." Las palabras de Sabina resonaban aquella tarde en su conciencia... Viejo poeta urbano intentaba ayudarle a sosegar sus pensamientos, mientras su mente cantaba, casi gritaba, temerosa de quedarse a solas consigo misma. Sentado en aquel tejado, gato negro, oscuro, paseaba las mirada por las azoteas, los viejos palomares y las viejas paredes, ya desconchadas y enmohecidas por el paso del tiempo.A lo lejos, el horizonte quebrado de antiguos tejados desiguales, antenas y cableados, comenzó a tragarse al sol...