martes, 26 de junio de 2007

PuNTaPie #3 (eSCRiToS!)

Retrasados, pero aqui estan los escritos referidos al ultimo puntapie.
Hello Frank...(Como la cancion de SuMo!?)
"El club" pide disculpas a Frank quien envio su escrito en un comentario y que por razones de "Copy and Paste" se incluyo el "codigo html" (simbolitos tipo %-///**) mezclados entre las palabras, y por estar ocupado se me olvido solicitar un nuevo envio de su material...Él lo envio y no se entendia un mier, y/o se perdia una parte importante de su escrito.Asunto arreglado, Frank, te pido disculpas en nombre del club y del mio, tu escrito ya fue agregado. Espero no vuelva a sucedernos.
Atentamente.
Ale.



__________

"Por las arrugas de mi voz se filtra la desolación..." Las palabras de Sabina resonaban aquella tarde en su conciencia... Viejo poeta urbano intentaba ayudarle a sosegar sus pensamientos, mientras su mente cantaba, casi gritaba, temerosa de quedarse a solas consigo misma. Sentado en aquel tejado, gato negro, oscuro, paseaba las mirada por las azoteas, los viejos palomares y las viejas paredes, ya desconchadas y enmohecidas por el paso del tiempo...A lo lejos, el horizonte quebrado de antiguos tejados desiguales, antenas y cableados, comenzó a tragarse al sol... Y ya despreocupado ante la proximidad de la noche, pude verse una vez mas cantando la canción, en el bar de aquel viejo hotel que Don Amancio quería comprar y refaccionar para recibir a los viajeros que como él, habían seguido sin razón alguna la simple idea de llegar a “algún lado” y nada mas. Por que para Don Amancio algunas cosas estaban claras.
Para él no se trataba de inmigrar por dinero, ni por “vivir mejor” con un primer mundo cayendo lentamente, o un tercer mundo en construcción. Todo este mundo apesta y algunos más que otros pero al final todos van girando por ahí, desparramados en las autopistas, en las calles atascadas de tráfico, en los aeropuertos. Y con una calma fingida pero con los nervios de punta se pretende disfrutar del tiempo que “nos sobra”. Pero en una ciudad pasan muchas cosas como para quedarse sentado mirando las palomas, pasan muchas cosas y a la vez no pasa nada! Por eso, en el fondo más cercano, estaba contento en ese tejado en el que podía verse la caída del sol por entre los cables de las viejas antenas en desuso, podía verse algo.

Comenzó a sentirse mejor esa tarde recordando sus días pasados y la manera en que la noche caía, fresca, agradable, le quito el raro y leve temor que le produjo el pensar por un segundo en el viejo marchándose para siempre. Sin embargo mientras escuchaba de fondo el caminar de las palomas (Ratas con alas para él)
Comenzó a reírse ahí mismo, solo y panza para arriba! y lo hacia tan graciosa y notoriamente que pensó que si alguien lo veía le contaría la razón de su risa aunque luego tengan que internar al pobre individuo que lo escuchara hablar.

“Los gatos siempre caemos parados” –jajaja! Se reía!
“Tenemos siete vidas!” -Jajaja

Recordaba la frase y no podía contenerse…

Una vez más, le producía tanta risa que finalmente alejo a las palomas, aunque ya no las perseguía a estas por estar un poco fuera de forma, pero sobre todo vago como nunca antes… Jajaja reía... Hasta que comenzó a calmarse, y mientras sonreía se daba cuenta de que la noche recién caía, y eso era algo tan bueno para él…




Aquel Tango que le gustaba tanto a “Don Amancio” se le vino a la cabeza y no pudo evitar tararearlo:

“Primero: hay que saber sufrir, después amar, después partir, y al fin andar sin pensamiento…”

Sin embargo, siendo tan bonito, lo escuchaban rara vez en la casa ya que “el viejo” decía que en el fondo ese Tango no era del todo para él. Es que no podía evitar identificarse con casi toda la música que escuchaba y eran las letras y luego las melodías, lo que mas le seducía en “una canción” o en la mayoría de sus muchos discos.
Ya silbándola, se despidió del tejado y antes de callejear decidió visitar “al viejo”. Bah!... En realidad fue a “echar un vistazo” para ver si todo estaba bien por allí.
El anciano era una persona algo solitaria pero muy amable con él y con todos en general. Se sentía bien, había logrado comprar el hotel y reciclarlo, y aunque su esposa lo hubiera dejado hace un tiempo ya. (“El nunca hablara de eso sin un mate o unas cervezas de por medio”) Estaba feliz de recibir a los viajeros en su sencillo y rustico
“descanso del viajero” Hotel y BAR.
Dicen que son pocas las veces en las que no recuerde algo y te lo cuente con una con una nostalgia agradable y al mismo tiempo, una “envidiable” y sana alegría, yo apenas escucho algunas de las cosas que suceden dentro…
En cambio el viejo siempre me dice que “La Ciudad” lo había recibido bien y en mi primer encuentro con él me dijo “Las cosas serán a partir de ahora diferentes” y suspiro alegremente. Luego hablo de “Pueblo Grande”, mencionando con énfasis que todavía aquí se duerme la siesta! Y aun me repite cada tarde lo mismo, siempre riéndose! Luego me pide que no lo despierte pero que por favor le hable bajito, y yo no le hablo, por que ya me di cuenta que no me entiende, pero en cambio canto las canciones que mas me gustan, aunque el no entiende la letra parecen gustarles mis canciones, especialmente por las tardes, después de almorzar, al viejo le encanta escucharme! aunque a esa hora resisto muy poco despierto. Es que dormir la siesta es el momento que mas nos gusta a los tres compartir junto a la sombra del árbol viejo del patio que sostiene mi morada, que por cierto y pese a tanto cariño que le tengo al viejo, todavía no comprendo por que me tiene aquí dentro de esta jaula?
“Yo jamás pensaría en dejar este lugar y ese gato, como dije antes, esta muy fofo y vago para poder atraparme…”



Alejandro Sautu.


____________________



Por las arrugas de mi voz se filtra la desolación..." Las palabras de Sabina resonaban aquella tarde en su conciencia... Viejo poeta urbano intentaba ayudarle a sosegar sus pensamientos, mientras su mente cantaba, casi gritaba, temerosa de quedarse a solas consigo misma. Sentado en aquel tejado, gato negro, oscuro, paseaba las mirada por las azoteas, los viejos palomares y las viejas paredes, ya desconchadas y enmohecidas por el paso del tiempo...A lo lejos, el horizonte quebrado de antiguos tejados desiguales, antenas y cableados, comenzó a tragarse al sol... Del mismo modo que alguna oscura fuerza comenzaba a tragárselo a el. No quería volver a pensar, escribir o hablar de lo mismo, no, ya, ¡basta! Pero esa fuerza amarga volvía a atraparle el corazón, el mismo sentimiento de tristeza, de congoja seca que se sentaba encima de su pecho, le atenazaba la garganta y torcía sus labios... Era inevitable, se sentía como un niño a punto de hacer pucheros, a punto de romper a llorar... pero las lagrimas no salían, era otra vez esa tristeza árida que le caía encima como un pesado yunque y, lo dejaba ahí, planchado, totalmente "flat".. ¿Como levantarse entonces? como despegarse de aquellas viejas tejas, estaba tan laminado que sus fibras se quedaban dando forma a los huecos que la erosión había formado en la arcilla de aquel olvidado tejado, dónde ya nadie más que él subía ya. Olvidado así se sentía él, olvidado, dejado, negado... no, peor aún... ¿ignorado? Incluso había algo divertido en todo aquello, verse así mismo como esas imágenes de los dibujos animados en los que un carro les pasaba por encima y, a duras penas, se despegaban del suelo hechos una lamina prensada... era irónico en medio de tanto dolor, era casi hilarante encontrar un motivo, una imagen para reírse de si mismo.
A lo lejos el sol comenzaba a apagarse, los últimos rayos centelleaban, se estiraban intentando aun iluminar lo que la noche comenzaría pronto a gobernar o quizás, era un ultimo estirón antes de echarse a dormir. Era hora de irse, se levanto cuidadosamente, y se sacudió un poco el pantalón, tenía gracia, ¿cuantas veces se había caído en los últimos tiempos con aquel ya raído jean? Un agujero en la rodilla de la noche aquella que se callo de bruces en medio de la calle Princesa cuando corría con su mejor amigo de la adolescencia, viniendo de los bajos de Hurdanita, llegaban tarde, borrachos, y la bronca estaba asegurada... Y ahí, en el asfalto, quedo de recuerdo de sus 18 ó 19 un pedazo de aquel pantalón. La tela desgastada por el uso ya no aguantaría mucho más, tarde o temprano los tendría que tirar, pero sin duelo, habían servido ampliamente su misión, habían sido testigo de momentos clave en la vida de su padre - por mentira que pareciese, en algún momento habían tenido la misma talla - y, podía decir que, de muchos de los mejores vividos hasta entonces por él mismo, tras más de 25 años de servicio, pobres, se merecían un descanso. Pero tal vez aguantaran un par de sacudidas más. Tal vez, las aguantaría él también.
Le provocaba un dolor inmenso la idea de tener que marcharse, un mar de dudas le taladraba sin piedad, no ya por todo lo incompleto que se llevaba en la maleta, más por todo lo que había sucedido desde su último regreso, lo peor de todo, no era irse con las manos vacías, al final probar suerte, no era más que eso, probar. Uno invierte, pone, apuesta, y mientras la ruleta gira... y nunca mejor dicho, mientras la vida gira, da vueltas, te lleva de aquí a allá, se decide el siguiente pasó. ¡¡Pero había pasado sin pena ni gloria!! Todos sus intentos por acomodarse en el nuevo trabajo, por arreglar todos aquellos malentendidos con su viejo, por vender sus ideas, todos habían sido vanos. Había caminado durante meses por terrenos baldíos. Lo de su padre era esperable, al fin y al cabo eran dos completos desconocidos, ninguno se había ocupado jamás del otro, salvo el uno para ingresar dinero en sus cuentas y acallar su mala conciencia, y el otro para hurgar en sus viejos baúles, intentando encontrar respuestas. Todas las búsquedas fueron siempre infructuosas, salvo por las viejas y arrugadas perneras que lo vestían en aquel momento, y ahora, era tiempo de marchar, la maleta le esperaba abajo, ella y su vieja mochila, eran las únicas que le esperaban siempre en algún lugar, agradecidas de que las volviera a recordar, ellas, el género femenino de su vida, aguardaban silenciosas, expectantes ante lo que vendría.
Se quito los cascos, Sabina, los poemas, y tanta melancolía quedaron yaciendo en el diván, aquella habitación olía ya a olvido, a naftalina, a maderas gastadas, sobadas y prostituidas por todas las manos que sobre ellas habían pasado. Miro sin mirar, no quería retener aquella imagen una vez más y sin embargo, una fuerza invisibilísima se resistía contra su mano mientras esta tiraba del picaporte. Esta vez sabía que no volvería más.


T.S.S


_______________________


"Por las arrugas de mi voz se filtra la desolación..." Las palabras de Sabina resonaban aquella tarde en su conciencia... Viejo poeta urbano intentaba ayudarle a sosegar sus pensamientos, mientras su mente cantaba, casi gritaba, temerosa de quedarse a solas consigo misma. Sentado en aquel tejado, gato negro, oscuro, paseaba las mirada por las azoteas, los viejos palomares y las viejas paredes, ya desconchadas y enmohecidas por el paso del tiempo...A lo lejos, el horizonte quebrado de antiguos tejados desiguales, antenas y cableados, comenzó a tragarse al sol...

“... para decir con Dios a los dos nos sobran los motivos...” y era tan cierto.
Es imposible borrar esa tarde a pesar de los años. La amargura que la llevó a aquella cornisa fue desapareciendo pero dejó ese surco que dejan los arados.
Sabina fue dándole paso a otros y se convirtió en la mujercita que mezcla los venenos haciéndose la ingeniosa.
El cambió brutal. El abandono completo a la inercia, a la caída libre. Sin poner siquiera las manos. La necesidad de estrellarse le fue alquilando un lugar y se instaló. Días enteros encerrada, mirando por la ventana el cemento del pulmón de manzana, escuchando la guitarra del chico del quinto que terminó por pasar por sus garras en una de esas noches de desenfreno. Sólo una vez. Todos después de él fueron “sólo una vez”. Siempre sólo un par de ciegos jugando a hacerse daño. ¿Y qué le importaba?
Tantos le dijimos que no debía pescar dos peces con la misma red, pero todos los que conocemos ciertas cosas sabemos que, a veces, ella es la locura.
La vorágine la atrapó sin que se diera cuenta. Las noches pasaban entre flashes, siempre mordiendo el aire, sola. No importaba cuanta bolsa y cuanta vida hubiera que derrochar.
Estas tomando de más – se dijo - y estás tolerando todo... y a pesar de saber que era cierto siguió rascando la alfombra durante un tiempo más.
Recurrentemente regresaba a la maldición del cajón sin su ropa. El living se veía vacío sin las guitarras y los cables que durante años decoraron el parquet y la llevaba a esa línea delgada entre lo que era, lo que fue y lo que es.
A pesar de las promesas nunca volvió. A pesar de las trasnoches compartidas después del final y de los secretos guardados con celo.
El viento fue decreciendo y finalmente le hizo entender que en ese momento, cuando la noche es más oscura, se viene el día en el corazón.

Viajaste de verdad / pasaste sustos / saltaste la pared / cambiando. Yo estaba en un lugar / a punto de caer / y aunque te parezca extraño / música es lo que das. / Si estás así / piensa. / El problema no está aquí. / Cambiar es bien / aún sin amor / aún sin creer / Entiende / Donde estoy. / Quizás tendrás que ver / a dónde vas / Piénsalo otra vez / entiende y ten valor. / Salta y se feliz. / Intenta / para que fingir /no vale la pena. / Música es lo que me das.

L.G

__________________________



"Por las arrugas de mi voz se filtra la desolación..." Las palabras de Sabina resonaban aquella tarde en su conciencia... Viejo poeta urbano intentaba ayudarle a sosegar sus pensamientos, mientras su mente cantaba, casi gritaba, temerosa de quedarse a solas consigo misma. Sentado en aquel tejado, gato negro, oscuro, paseaba las mirada por las azoteas, los viejos palomares y las viejas paredes, ya desconchadas y enmohecidas por el paso del tiempo...A lo lejos, el horizonte quebrado de antiguos tejados desiguales, antenas y cableados, comenzó a tragarse al sol...Mantuvo su vista firme en el gran disco naranja hasta que desapareció por completo. Entonces ya no hubo nada más que mirar, nada más que imaginar; el límite que se había propuesto para tomar aquella decisión, había llegado. Sentado en su azotea ponía cada uno de sus pensamientos en la balanza, y esperaba, expectante, ver hacia donde se dirigían.Termino el poco de vino que le quedaba en la botella, secó su boca con el puño y entonces lo pudo ver con claridad: matarla era la única solución, pero ¿como, cuando?No era suficiente sacarla de su cabeza, desterrarla de su pensamiento, mientras ella estuviera por ahí, viviendo su vida, no podría volver a ser feliz.Esa noche no durmió, se la paso ideando un plan. Era sencillo: iría hasta donde trabaja y sin mediar palabra alguna, la apuñalaría hasta verla muerta. Era fácil hacerlo. Muy fácil.Esperó a que el sol iluminara aquella madriguera de tan siniestros pensamientos.Quizás, la tibieza y la luz lo harían cambiar de parecer. Pero no fue así. Bajo de la azotea y por primera vez en 6 días, se bañó. Dejó correr gustosamente las gotas de agua por su cara, resbalar por su cuerpo hasta perderse en el resumidero. Todo pasaba en cámara lenta. Era hermosamente irreal. Durante toda la noche había limpiado su mente, ahora limpiaba su cuerpo, y mas tarde, limpiaría al mundo de la presencia de esa mujer.Eso lo hacía feliz. Salio del baño y se vistió con su mejor ropa. Con cuidado eligió la camisa que mejor combinara con el pantalón beige que era el más nuevo que tenía. Hizo y des hizo el nudo de la corbata hasta que le quedo como quería. Cepilló el saco y lo dejo en el respaldo de la silla con cuidado de no arrugarlo. Esa mañana desayunó como nunca. Leche, cereales, fruta, café, dulce. Todo era mas sabroso, masticaba los alimentos hasta desprenderlos por completo de todo su sabor, verdaderamente disfruto cada segundo de ese desayuno.Dejó todo como había quedado y poniéndose el saco, salió a la calle.Diez cuadras lo separaban de su propósito.Lento emprendió su marcha. Encendió un cigarro para que le hiciera compañía. Las personas no eran muy diferentes a lo que habían sido los demás días, sin embargo, ya no las odiaba tanto; y ellas, parecían mirarlo sin el desprecio de antes.- Quizás el haber tomado por fin una decisión, me hace ver diferente - pensó, mientras cruzaba la vereda de la cuadra numero 7.No puedo arrepentirme, ahora no puedo arrepentirme, -retumbaba en su cabeza-. Me siento muy bien, tengo que hacerlo para que el bienestar se pegue a mis huesos para siempre.- Frente a sus ojos, como un templo, se levantaba el lugar donde se encontraba la culpable de sus desvelos: una casa de venta de discos musicales, que para el, era la salvación.Lo más difícil, era entrar sin llamar la atención, pues como ex empleado del local, los empleados vendrían a saludarle y entorpecerían todo. Además, no quería hacer de eso una masacre. Solo una persona merecía morir.Por dentro el local estaba igual, pero una gran diferencia lo hizo estremecer. Con la voz temblorosa se dirigió a la chica de la caja: - y Andrea, ¿donde está?- No se a quien te referís. Yo empecé a trabajar hace tres días.Como cuando un gran ruido aturde y marea, y deja a una persona a punto de desvanecerse, asi se sintió. Pero antes de que pudiera reaccionar o decir nada, una mano palmeó su espalda. – Oh! Agustín, que grata sorpresa, veo que ha venido a saludar viejos amigos.- Y Andrea, ¿dónde esta?- Ah… ella renunció hace unos días. Se fue a vivir a España. Pero veni, pasá, vamos a tomar un café.Salio de ese lugar corriendo. Desesperado. Corrió hasta que no le dio más el aire y al parar, solo se dejó caer de la parte más alta del puente, hacia las rocas.
23 de junio de 2007 14:50

FRANK.
http://www.dosmegas.blogspot.com/

3 comentarios:

Frank dijo...

Bueno, envié mi final al puntapié y no lo vi publicado. Una lástima.
Solo eso. Suerte

Frank dijo...

Gracias Alejandro.
Nunca me enojé ni nada por el estilo.Tampoco era el fin que perseguia el posteo el de desmerecer a nadie ni a nada, tampoco el de hacer un berrinche. Si eso fue lo que se entendio, pido disculpas. Entiendo el tiempo que consumen los blogs y soy victima de ello. No hay drama.
La idea era la de publicarlo en mi blog, pero como surgió de una iniciativa ajena, me senti en la obligacion de aclarar de donde provenian la idea, y ademas, el texto del "puntapie inicial".
No es necesario lo publiques, en lo absoluto.
Me parece genial la idea y es mi intencion la de seguir participando y hacer participar a mas personas.
De todas maneras agradezco enormemente tu comunicacion y buena voluntad.
Seguí y sigan adelante con todas estas iniciativas que tan bien vienen.

Frank dijo...

Bueno, no me esperaba la invitación a dar el puntapié inicial. Y del mismo modo que no esperaba encontrar un cuento para terminar a mi gusto en un blog; lo cual me tomó por sorpresa; escribo lo primero que se me viene a la cabeza:


La lluvia y el frío no se sentían dentro de esa trinchera, las sensaciones que atravesaban su cuerpo parecían hacerlo ignorar las condiciones infrahumanas en las que se encontraba. Con hambre, los pies metidos en el barro, entre cadáveres ensangrentados, gritos, dolor, incertidumbre. Solo el y su AK-47, aferrado a ella como a los viejos recuerdos de su placentera vida junto a su familia en su apacible hogar; esperaba. De pronto, un grito rompe la tensa calma y desvanece sus pensamientos. Era el capitán:
-¡Prepárense, ahí vienen! ¡Son ellos o ustedes!-


Ok, ahora a ponerme a descifrar un final para esto. Me meto en cada baile!
Si no te gusta, o no te parece que va con la idea que tienen del blog y su contenido decime y veo si sale otro.